Españoles, el Villarato ha muerto, viva el Davilato. Desde esta web vamos a denunciar la infame persecución de la que es objeto el F.C.Barcelona y de paso, evidenciar como la maquinaria de la capital mueve los hilos maquiavelicamente para que el Real Madrid, recupere su posición de liderazgo.

domingo, 11 de abril de 2010

El Davilato atiza fuerte en el clásico



Si amigos, ayer se ganó bien y fácil al Madrid, pero eso no es óbice para obviar la sospechosa y malintencionada actuación de Mejuto. El Dávilato ayer tenía que emplearse a fondo y a fe que lo hizo. El rival era de enjundía y cualquier ayuda externa era poca.

La clave estuvo en la permisividad y la diferente vara de medir en las tarjetas. El ejemplo más diáfano lo tenemos en una amarilla que se le señala a Messi por tratar de controlar un balón que finalmente golpea en el brazo. Instantes después, Xabi Alonso, que ya tenía tarjeta, comete doble infracción por unas manos, primero en la barrera y luego en una jugada desde el suelo. Mejuto no quiso ver nada. El Madrid debió acabar la primera parte con 10. Xavi, por protestar al árbitro esa acción, amarilla. Para alucinar.

Sergio Ramos tuvo ayer barra libre al igual que Gago. Ambos desquiciados sobretodo en el segundo tiempo, se dedicaron a repartir estopa donde hubiera pierna o carne que golpear. Entre los dos nos deleitaron con un gran espectáculo de pressing catch, patadas voladoras incluidas. Que ninguno de ellos se fuera a la ducha antes de finalizar el encuentro, sinceramente, me causa pavor.

Cómico fue también ver como Mejuto impidió al Barça sacar un corner cuando la primera parte agonizaba. Supongo que el trencilla quiso evitar un posible segundo gol culé, de los llamados psicológicos y que pudiera haber tenido consecuencias catstróficas de cara a la segunda mitad.

Por último no quiero olvidarme de Cristiano, que se pego un piscinazo de los que hacen época, pero que no vio tampoco amarilla.

Y todo el partido fue así, el Madrid hacía lo que le daba la gana y Mejuto consentía. También es cierto que Alves, mereció en una acción la segunda amarilla, pero vamos, hubiera sido ya de escándalo que se fuera el brasileño a la ducha, habiendo perdonado hasta tres rojas a los locales. De momento no se atreven a tanto.A la conclusión del encuentro, la estadística de faltas hablaba por sí sola, 30 del Madrid por 15 del Barça. Sin embargo, en tarjetas, empatados. De locos.

Visto lo visto, la liga no está acabada. El Dávilato tiene la sombra alargada y estoy seguro que aún no ha dicho su última palabra. Por suerte, el Barça está por encima de todas estas cosas, permitiéndose ganar a rivales como el de ayer, con la tercera marcha y ahorrando combustible.
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